martes, 7 de abril de 2015

Perderse a uno mismo

           Después de Jacques…después de ese nefasto vínculo sentí que todos mis días a su lado habían sido tan solo agua derramada. ¿Nunca lo has sentido?

A veces el agua se desliza para llegar a su lugar, para fortalecer flores, árboles, para arrastrar residuos…Otras veces se desliza a través de nuestro cuello sólo para mantenernos vivos.
Si ese fluido de vida se pierde por el camino, si se derrama y no llega a su destino, las flores se secan y las personas se apagan.

¿Y si todos tus días hubieran sido agua derramada? Agua que no se almacena ni en tu cuerpo ni en tu corazón. No puedes decir que al menos te quedan los buenos momentos, no recuerdas nada tierno de seis años de tu vida, parece que no han existido, esa época de tu existencia queda encerrada y  nunca liberada.

¿Y qué debo hacer? ¿Perdonarme por mi insensatez? ¿Tú te perdonarías? ¿Le perdonarías a él? Se supone que si no puedes perdonar a “esa persona” debes al menos intentar dejar de lado el rencor, tu propio dolor, pedir para ti mismo el indulto.

Pero, ¿cómo? Si tienes tanto odio en tu interior que llegas a odiarte a ti mismo por los actos de otra persona…